
La sabiduría es algo maravilloso. Santiago, el hermano del Señor Jesucristo, nos alienta a pedirla en oración (Stg 1.5). Pero la sabiduría por sí sola no es suficiente. Sin un corazón que ame a Dios, sabremos las cosas que hay que hacer, pero no tendremos la voluntad de hacerlas. Veremos el camino equivocado de los perdidos, pero sin el deseo de hacerlos volver al Salvador.
Como dijo Pablo a los corintios: "[Si] entendiese todos los misterios y toda ciencia… y no tengo amor, nada soy" (1 Co 13.2)... (Continua)
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Fuente: Avanza por más
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